top of page

Teodoro I Láscaris es sucedido por su yerno Juan III Vatatzés



 

NICEA, 10 enero 1222. Teodoro Láscaris fue el emperador bizantino que consolidó la resistencia contra los latinos en el imperio de Nicea, tras la brutal conquista de Constantinopla por parte de los cruzados en 1204. Fallecido el pasado noviembre de 1221, designó heredero a su yerno Juan Ducas. Pero los hermanos de Teodoro reclamaron el trono y Juan ha tenido que someterlos y enviarlos al exilio. Finalmente, hoy ha sido coronado emperador con el nombre de Juan III Vatatzés.


Teodoro Láscaris consiguió huir de Constantinopla cuando su suegro Alejo III fue encarcelado en 1203, por no poder pagar la deuda prometida a los cruzados que había contratado para conquistar la capital bizantina y derrocar a Alejo IV. Al año siguiente, tras dos Alejos más, el IV (repuesto) y el V, los cruzados se cobraban la deuda saqueando durante tres días la gran urbe. Nacía el Imperio Latino de Constantinopla.


Teodoro y los principales linajes nobiliarios huyeron y organizaron la resistencia griega en Nicea. Pero su situación era muy precaria; los latinos pronto enviaron sus grandes ejércitos bajo el mando del hermano del emperador, Enrique de Flandes, quien derrotaba una y otra vez a Teodoro (Panameno 1204, Adamecio 1205). Solo la invasión de la Tracia por parte del zar búlgaro Kaloyán detuvo el imparable avance de los latinos, pues tuvieron que volver grupas para enfrentarse al zar. Pero la fortuna les fue adversa y los latinos fueron derrotados y su emperador Balduino capturado y encerrado de por vida en las mazmorras de Tarnovo (batalla de Adrianópolis, 1206).


A partir de ese momento comenzó la recomposición del estado de Nicea, que ya fue capaz de rechazar todos los ataques de sus vecinos (batalla de Nicomedia). Fue entonces cuando Teodoro I Láscaris se coronó emperador (1206) en cumplimiento de los designios de su suegro, preso de los latinos: había nacido el imperio de Nicea. Llegó a continuación un cierto período de estabilidad militar favorecido por la precaución del nuevo emperador Enrique de Flandes, hermano de Balduino, quien era consciente de la creciente debilidad del imperio latino en la Anatolia.


Pero Teodoro seguía consolidando y expandiendo sus dominios. Su penetración en Trebisonda, donde derrotó a David Comeno, vasallo de Enrique, en Nicomedia (2010, actual Izmit), activó las cláusulas feudales y obligó a la intervención de Constantinopla. Enrique I actuó inteligentemente liberando a Alejo III, el suegro de Teodoro, quien fue presentado como el legítimo emperador con el objeto de debilitar la posición de éste. Para acabar con esta amenaza, Teodoro fue capaz de enviar una flota que sitió Constantinopla por mar. Pero Alejo III viajó a Konya, capital del sultanato de Rum, y consiguió la alianza del sultán Kaikosru, quien penetró en el imperio niceno por el este y obligó a Teodoro a levantar el sitio de Constantinopla para enfrentarse a su suegro y al sultán. El choque tuvo lugar en Antioquía del Meandro, en 1211, donde donde Teodoro I estuvo a punto de ser derrotado, pero que acabó en una gran victoria cuando él mató personalmente al sultán. Esta victoria disparó su prestigio entre los bizantinos. Los éxitos de Teodoro culminaron en el campo diplomático con la firma de la paz con Enrique I y consiguiendo el vasallaje del hijo de Kaikorsu, Kaikorsu II de Konya, con quien conquistó Trebisonda en 1212. Pero esta acción volvió a provocar una nueva reacción de Enrique I, quien cruzó el Bósforo, derrotó a Teodoro en el rio Rindaco el 15 de octubre y reconquistó Pérgamo (actual Bergama). Pero afortunadamente para el emperador griego, los recursos militares latinos ya no eran los de antes y no pudieron ir más allá.


Además, el emperador latino se vio perjudicado por el estallido de tensiones internas en Constantinopla. La iglesia ortodoxa se había rebelado contra las exigencias de la iglesia romana, de quién ahora dependía, y ésta había enviado al legado pontificio Pelagio, un halcón de Roma a quien más tarde se la encargará la dirección de la Quinta Cruzada. Pelagio destinó todos los recursos de Constantinopla a sofocar las revueltas ortodoxas, cerrando iglesias y conventos y encarcelando a cientos de monjes díscolos. También volvieron las tensiones con el imperio Búlgaro, que fueron resueltas con la boda del emperador Enrique I con María de Bulgaria, en 1213. Tres años después, se producía sorpresivamente la muerte de Enrique I en oscuras circunstancias, algunos dicen que envenenado por su propia esposa. Entonces quedó como regente su hermana Yolanda de Flandes. Yolanda firmó un nuevo tratado de paz con Teodoro I, que se selló con la boda de su hija María de Flandes y el propio Teodoro.


Yolanda de Flandes falleció poco después, en 1219. Entonces fue nombrado emperador su cuñando Roberto de Flandes, quien se encontraba en Europa y no llegó a Constantinopla hasta 1221, poco antes de la muerte de Teodoro.


Teodoro I Láscaris ha convertido al imperio de Nicea en la opción más sólida para rescatar Constantinopla de las manos de los latinos; se ha mostrado superior militarmente, los ha arrinconado en el noroeste de Anatolia y ha conseguido sitiar Constantinopla. Pero la mayor ciudad cristiana de la Edad Media sigue en manos de los cruzados. Ahora es el turno de Juan III Vatatzés.



IMAGEN SUPERIOR: TEODORO I LÁSCARIS, CON BARBA NEGRA



FRAGMENTACIÓN DE BIZANCIO TRAS EL SAQUEO DE CONSTANTINOPLA, PRINCIPIOS SIGLO XIII

bottom of page