ROMA, 21 oct 1209. Con más facilidad de la prevista, Otón de Brunswick, duque de Sajonia, ha aceptado todas las condiciones que le ha impuesto el papa Inocencio III y ha sido coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, ceremonia que ha tenido lugar hoy en la basílica de San Pedro de Roma. Termina así la guerra que estalló tras la muerte de Enrique VI, en 1197, y que ha enfrentado al de Brunswick con Felipe de Suabia, hermano de Enrique VI, quien fue asesinado en junio pasado cuando tenía la victoria al alcance de la mano.
La desaparición de Felipe también fue celebrada en Roma, ya que Inocencio III no quería ver a otro Staufen en el trono imperial dadas las continuas luchas que había mantenido con su hermano Enrique VI y, sobre todo, con su padre Federico I Barbarroja, una amenaza que alcanzó su máximo apogeo cuando Enrique VI conquistó el reino de Sicilia y consiguió rodear a los Estados Pontificios por el norte y por el sur.
Por ello, ambas partes han alcanzado un acuerdo en tiempo record, y en virtud del cual Otón de Brunswick acepta la primacía del papa también en los asuntos terrenales y renuncia a cualquier derecho que pudiera tener sobre Sicilia. Posteriormente, también ha sido relativamente fácil alcanzar una cuerdo con los magnates alemanes, quienes han obtenido el reconocimiento de sus dominios por parte del duque de Sajonia y el compromiso de éste de no realizar reclamaciones futuras sobre dichos territorios. Así, Otón fue coronado primero rey de Alemania en Aquisgrán y después, camino de Roma, también lo fue como rey de Italia en la basílica de San Ambrosio de Milán, donde se colocó la Corona de Hierro lombarda.
Pero si éste es el éxito de Otón IV, mayor es el de Inocencio III, quien añade esta ascendencia sobre el emperador a la que ya tenía sobre el joven rey de Sicilia, donde Federico Roger, el muchacho de 13 años hijo de Enrique VI, ha sido educado por enviados de la Santa Sede desde que tenía tres años, tal y como estableció su madre Constanza antes de su muerte en 1198. Tras la coronación de Otón IV, Inocencio III tiene previsto viajar a Palermo el próximo diciembre para declarar a Federico Roger mayor de edad y coronarlo rey de Sicilia. Previamente, el papa se reunirá con el joven rey en San Genaro, en los límites entre las posesiones pontificias y las sicilianas, donde exigirá y obtendrá del joven Staufen la aceptación de todas sus reivindicaciones, de las que destacamos la renuncia total a cualquier derecho que pudiera tener sobre la dignidad imperial.
La ceremonia oficial tendrá lugar en la catedral de Palermo, el día 24 de diciembre. En poco más de diez años, Inocencio III ha pasado de estar rodeado por enemigos (el imperio en el norte y Sicilia en el sur), a tener dominados tanto al imperio como al reino. Si a ello añadimos la alianza que mantiene con Felipe Augusto de Francia, el vasallaje que ostenta sobre el reino de Aragón y la ascendencia que mantiene con el resto de reinos hispánicos, en estos momentos Inocencio III disfruta de un poder casi total sobre la Cristiandad, donde solo Juan I Sin Tierra, en Inglaterra, mantiene su posición díscola y persiste en sus enfrentamientos con el papa romano, quien ha puesto sus territorios en interdicto para facilitar los ataques del rey francés sobre sus dominios en el continente, de donde el rey inglés ya ha sido parcialmente expulsado. En Letrán se vivien días de vino y rosas.
IMAGEN SUPERIOR: OTÓN IV DEL SACRO IMPERIO Y EL PAPA INOCENCIO III