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Los templarios custodiarán al rey-niño, jurado en Lérida como Jaime I de Aragón



 

LÉRIDA, agosto 1214. Finalmente, Simón de Monfort ha cedido a las presiones del papado y ha entregado al niño-rey Jaime a los representantes aragoneses desplazados a Narbona. Las órdenes del papa, quien es señor feudal de Aragón, también se preocupan por la situación política del niño, pues ordenan su protección por parte de los templarios de Monzón, ya que en Roma quieren evitar todo tipo de tentaciones a la alta nobleza, tanto a los tíos del rey como a los grandes magnates aragoneses, quienes vienen criticando las líneas políticas de su padre desde hace unos años. Se da la coincidencia de que, en poco más de dos meses, los dos reinos más potentes de la península se encuentran en régimen de minoría de edad de sus reyes; Jaime I (6) en Aragón y Enrique I (10) en Castilla.


La comitiva desplazada a Narbona para recepcionar a Jaime I estaba presidido por el legado papal Pedro Abelardo (o Douai), al que acompañaban el obispo de Albarracín, Ispan, el comendador templario de Monzón, Guillem de Montredon, y sus tíos el conde Sancho del Rosellón y el maquinador Fernando, abad de Montearagón, hermanos de su padre Pedro II El Católico y en un principio aspirantes a suceder a su hermano en el trono, así como un nutrido grupo de nobles aragoneses y catalanes.


Poco después, en agosto de 1214, era convocada una asamblea en Lérida para presentar al rey a su pueblo. Allí han sido convocados no solo los magnates aragoneses y catalanes, sino también representantes de algunas ciudades que, como antes en Castilla (1207) y en León (1188), comienzan a incorporarse a los órganos de poder de la monarquía. La asamblea ha tenido lugar en el Castell del Rei o de La Suda, la antigua alcazaba musulmana: en su sala principal entró el arzobispo de Tarragona, Espàrrec, con el niño-rey en brazos, un mensaje claro para que nadie tuviera dudas sobre en quién se apoyaba la autoridad de Jaime I. También se ha nombrado al conde Sancho procurador general del reino, pretendiendo cerrar así las heridas abiertas entre las noblezas aragonesa y catalana. Esta asamblea tomó decisiones acordes con su importancia, de entre las que destaca el establecimiento de La Tregua de La Paz de Dios, que ordenaba el cese de las luchas entre bandas nobiliarias, el mantenimiento del bovatge, un impuesto sobre cabezas de ganados que supone el inicio del sistema fiscal aragonés, y la propuesta del conde Sancho de Cerdaña, tío de Jaime I, como procurador general del reino. El conde Sancho estará acompañado de un consejo de regencia con la mitad de los nobles catalanes y la otra mitad aragoneses.


La asamblea celebrada en Lérida en 1214 se considera la precursora de las cortes aragonesas y catalanas, pues en ella, como antes sucedió en Castilla y Léón, estuvieron presentes por primera vez representantes de las ciudades del reino. Además, en la asamblea de Lérida se estableció un importante precedente: en lo sucesivo y hasta el final de su existencia, todos los reyes aragoneses deberán ser jurados en las cortes. Unas cortes que, de momento, se celebran conjuntamente para Aragón y Cataluña, pero que en breve se dividirán dos, una para cada territorio, y que podrán ser convocadas conjunta o aisladamente.


Lérida


En esa época, en Lérida se acaba de iniciar la construcción de la catedral de Lérida, cuya primera piedra se puso el 23 de julio de 1203. A pesar de las tardías fechas, la catedral se construyó en estilo románico, aunque posteriormente si introducirían elementos góticos que le dan una monumentalidad digna de este estilo y la convierten en un magnífico ejemplo de transición del románico al gótico. Se construyó sobre la mezquita musulmana, que a su vez se había contruido sobre una iglesia paleo-cristiana ubicada en el mismo lugar. Es destacable su magnífico claustro-mirador sobre la ciudad.


La catedral de Lérida tuvo funciones religiosas hasta la Guerra de Sucesión de 1707-1714, cuando fue utilizada como fortaleza militar. Por los graves desperfectos sufridos, en 1761 Carlos III ayudó a financiar una nueva catedral, que es la actual sede del obispado de Lérida. Como consecuencia, la catedral vieja fue semi-abandonada y ha quedo exenta de añadidos posteriores, con lo que he llegado a nuestros día prácticamente igual que cuando fue construida. La catedral de Lérida y el castillo de La Suda forman un espectacular conjunto monumental en lo alto de la ciudad catalana.


Recreación


Por otro lado, a mediados de mayo se recrea en el castillo de Monzón el Homenaje a Guillem de Mont-Rodó, el comendador de los templarios a quien el papa encargó la custodia de Jaime I durante su minoría de edad. La recreación está organizada por la asociación Héroes Legendarios, y en 2019 celebró su XIX edición. Durante un fin de semana, la ciudad de Monzón mostrará a los visitantes el esplendor que alcanzó cuando se convirtió en el centro de la corona de Aragón, El grueso de la recreación son cuatro escenificaciones teatrales que muestran diversos momentos del hecho, como el Pregón de la Llegada del Rey, la Llegada del Rey, la Presentación a la Encomienda y la Despedida del Rey, que se celebran a lo largo de los tres días que dura el homenaje, de viernes a domingo.

 

IMAGEN SUPERIOR: CATEDRAL VIEJA DE LÉRIDA, JUNTO AL CASTILLO DE LA SUDA



 RECREACIÓN HISTÓRICA HOMENAJE A MONT-RODÓN (MONZÓN=



 CASTILLO DE MONZÓN (HUESCA)


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