CASTELNAUDARY, septiembre 1211. El humillante acuerdo de matrimonio alcanzado entre Pedro II de Aragón y Simón de Monfort, que comprometía a los niños Jaime (3) y Amicia (?), no ha servido para detener la cruzada albigense. El avance de los cruzados católicos y la represión sobre los cátaros ha continuado hacia el oeste, amenazando Tolouse y Foix, hasta que, tras varias maniobras, se ha producido el primer choque importante entre los cruzados de Simón de Montfort y una alianza de los condes Raimundo VI de Tolosa y Raimundo Roger de Foix. El encuentra ha tenido lugar alrededor de la ciudad de Castelnaudary, y aunque su resultado ha sido incierto, todos destacan que es la primera vez que una fuerza occitana se enfrenta a los cruzados católicos.
Los avances cruzados se habían reanudado esta primavera. Ya en mayo tomaron la ciudad de Lavaur, camino de Tolouse, donde volvieron a reproducirse las sanguinarias escenas de represión y castigo que son marca del ejército de Monfort; el señor del lugar, Aymeri de Montreal, fue ahorcado junto con ochenta caballeros, y su hermana Giraude, que se encontraba embarazada, fue lapidad en el fondo de un pozo. A continuación, los inquisidores pusieron en marcha sus sumarísimos procesos de represión y acabaron condenando a morir en la hoguera a más de cuatrocientos cátaros.
Pero esta estrategia de propagar el horror para apaciguar las ganas de resistencia, que tan bien funcionó en Carcasona en 1209, no ha sido efectiva contra Tolouse, cuyos habitantes se han negado a entregar la ciudad (junio 1211) y han plantado cara al ejército cruzado. Esto ha supuesto un importante contratiempo, pues varios señores del ejército hicieron saber a Simón de Monfort que no estaban dispuestos a ir reconquistando todo el Languedoc ciudad a ciudad. La estrategia finalmente consensuada ha sido replegarse a un lugar menor y esperar al enemigo: en agosto los cruzados habían entrado en la ciudad Castelnaudary, a medio camino entre Foix y Caracasona.
Allí acudieron, efectivamente, Raimundo de Tolosa y Raimundo Roger de Foix, quienes pusieron sitio a la ciudad en septiembre. Los acontecimiento que posteriormente tuvieron lugar son confusos: al parecer, Simón de Monfort pidió ayuda a los señores de Carcasona y Brèziers, las ciudades tomadas en 1209, pero éstos se negaron a actuar ante la incertidumbre del resultado. Sin embargo, si que enviaron un convoy de víveres y una fuerza de 300 caballeros. Ante la noticia de la llegada del convoy, Raimundo y Raimundo Roger no llegaron a un acuerdo sobre cómo actuar; Raimundo Roger de Foix dejó el cerco y atacó al convoy en Saint Martin Lalande, al que después se unió el conde de Tolosa. Y también Simón de Monfort, quien tras pensarlo mucho, hizo una salida para recuperar las máximas vituallas del convoy. El choque entre los tres tuvo lugar cerca de Caltelnaudary, y el resultado ha sido confuso: por su parte, Simón de Monfort ha mantenido Castelnaudary en su poder, pero parece ser que los señores de Tolosa y Foix aprovecharon la inmovilidad del cruzado y se dedicaron a conquistar otras fortalezas, consiguiendo recuperar unas cincuenta de ellas para las fuerzas occitanas.
Por ello, la batalla está siendo narrada como el lugar donde los occitanos han reaccionado ante los católicos, algo que no había aparecido desde que empezó la cruzada hace dos años. Apoyándose en esta acción, los señores occitanos han redoblado su petición de ayuda a Pedro II de Aragón, quien por su parte también ha visto que el humillante acuerdo con Simón de AragónMonfort no ha servido para nada. O si lo ha hecho ha sido para complicar más la situación, pues no solo el ejército cruzado sigue atacando a sus vasallos, sino que el heredero de Aragón se encuentra en manos del jefe católico. La llamada a la cruzada contra los almohades que en enero de 1212 realizará el papa Inocencio III dará un respiro a la zona, pero solo aplazará los problemas hasta una nueva ocasión.