MILÁN, 29 MAY 1176. Previamente, el emperador había fracasado en el asedio de Alessandria, donde se encontraba refugiado el papa Alejandro III. En su retirada hacía Pavía, donde se encontraban estacionadas el resto de las tropas alemanas, el ejército imperial se encontró sorpresivamente con las milicias de la Liga de las Ciudades Lombardas, que acabaron derrotando a los imperiales.
Se trataba de la quinta incursión que Federico I Barbarroja realizó en Italia, todas ellas enmarcadas dentro de la lucha que el Sacro Imperio y el papado mantienen por la supremacía de la Cristiandad. En esta ocasión Barbarroja intentó apoderarse del papa Alejandro III, que se encontraba refugiado en Alessandría (ciudad que lleva el nombre del papa por el apoyo que el pontífice había prestado a la Liga). Pero el asedio fracasó, y el ejército imperial, en su retirada hacía Pavía, se encontró con el camino bloqueados por las tropas concejiles.
Durante un tiempo, Federico Barbarroja estuvo esperando la llegada de refuerzos desde Alemania, pero la nobleza no respondió con la fuerza que se esperaba. Es especialmente el caso del principal señor de Alemania y primo del emperador, el poderosísima Enrique El León, que se negó a apoyar al emperador y lideró la resistencia de la nobleza germánica.
A pesar de ello, Federico Barbarroja decidió atacar a los comunales, pero las milicias lombardas resistieron las cargas de la caballería pesada, que pretendía capturar el Carrocco (símbolo de la autonomía lombarda) hasta que llegaron refuerzos de Milán. Entonces, Los lombardos consiguieron rodear a los atacantes y los derrotaron en las cercanías de la ciudad de Legnano, el norte de Milán.
Legnano ha quedado como el símbolo de la autonomía de la ciudad contra el poder imperial. La ciudad celebra todos los 29 de mayo la conmemoración de la victoria, que ahora se llama el Palio de Legnano, una representación medieval donde el protagonismo lo tienen las carreras de caballo. El 29 de mayo también es fiesta en toda la región de Lombardía.
EL CARROCO DE LEGANO, DE AMOS CASSOLI. GALERIA PITTI, FLORENCIA