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La muerte del califa al-Mustansir destapa la debilidad del imperio almohade



 

MURCIA, 6 marzo 1224. El gobernador de Murcia, Abu Al Allah al-Adil, se ha levantado contra el califa de Marrackech, Abu al-Majlu, y él mismo se ha proclamado califa del imperio almohade. Los hechos han tenido lugar solo dos meses después de que al-Majlu fuera elevado al califato en enero pasado, tras la muerte en extrañas circunstancias de Abu Yaqub II al-Mustansir. La rebelión ha destapado con toda su crudeza la fragilidad en que había quedado el imperio almohade tras la derrota de Las Navas de Tolosa, en 1212. Que dicha debilidad haya tardado doce años en mostrarse se debe a la gestión de al-Mustansir, el último gran califa almohade.


Precisamente, Abu Yaqub II al-Mustansir fue proclamado califa tras el asesinato de su padre, an-Nàsir, a manos de un complot de la corte de Marraquech, en diciembre de 1213. An-Nàsir fue el califa que cayó derrotado ante la coalición hispánica liderada por Alfonso VIII en Las Navas, una derrota que sacudió profundamente los cimientos del imperio almohade, hasta el punto de acabar con el asesinato de su máximo responsable.


Su hijo al-Mustansir se dedicó a minimizar las consecuencias de esta derrota, que se adivinaban preocupantes en dos frentes; Al-Andalús y El Magreb. En Al-Ándalús tuvo más suerte, pues las muertes casi sucesivas de los reyes de Castilla y Aragón, Alfonso VIII (1214) y Pedro II (1213), colocaron a ambos reinos en inestables minorías edad, las de Enrique I y Jaime I, mientras que Portugal seguía enzarzado en las contiendas entre el rey y el alto clero. Por ello, solo tuvo que preocuparse de Alfonso IX de León, a quien rechazó todos los ataques que, hasta la fecha, había lanzado sobre la ciudad de Cáceres, único punto caliente en todo Al-Andalús en la década post-Navas.


Pero en El Magreb las cosas sucedieron de forma muy distinta. Allí, los benimerines se habían rebelado contra Marrackech y habían tomado Fez, en 1216, y Teza, en 1217. Ello supuso la desestabilización del norte de África y el inicio de los problemas que han culminado con la muerte de al-Mustansir en extrañas circunstancias (se dice que envenenado por un visir en connivencia con los benimerines). El mismo día de su muerte, el 6 de enero de 1224, fue proclamado rápidamente califa al-Walid, un oscuro personaje que había sido gobernador de Sevilla en 1222 y que en ese momento se encontraba en Marrackech. Era la primera vez que un califa almohade no era sucedido por su hijo. Esto no ha sido aceptado por todos, y contra él se ha levantado el gobernador de Murcia, al-Adil.


En principio, al-Adil ha obtenido el apoyo de los principales gobernadores de Al-Andalús (Sevilla, Málaga, Córdoba y Granada), con la sola excepción del de Valencia. Posteriormente, los partidarios de al-Adil fueron estrechando el cerco sobre al-Majlu, en Marrackech, hasta que éste fue estrangulado el 6 de septiembre de 1224, exactamente seis meses después de su proclamación como califa. Seguidamente, Al-Adil consiguió recuperar una parte importante de los territorios bajo control de los benimerines.


Pero poco duró su alegría, pues quien a hierro mata a hierro muere, y a finales de 1224 uno de los gobernadores que le había apoyado en marzo pasado, se ha levantado contra al-Adil y ha creado un emirato independiente en Córdoba; se trata de Abd Alah al-Bayyasi, que pasará a la historia como El Baezano, pues era natural de Baeza. El Baezamo era gobernador de Sevilla cuando al-Adil se proclamó califa en marzo, y ahora, desde su puesto de gobernador de Córdoba, se ha proclamado emir independiente, controlando un extenso territorio entre las provincias de Badajoz, Córdoba, Ciudad Real y Jaén. Pero al-Adil ha regresado a Al-Andalús, ha reunido a sus fieles y ha conseguido derrotar a El Baezano y reducir sus dominios a su Baeza natal. Desde allí, El Baezano ha pedida ayuda al rey de Castilla, Fernando III, a quien ha ofrecido vasallaje a cambio de su apoyo en la defensa de Baeza. Fernando III no desaprovechará esta magnífica oportunidad.

 

IMAGEN SUPERIOR: MURALLAS DE MARRACKECH

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