SAN JUAN DE ACRE, 22 marzo 1229. Tras su auto-coronación como rey de Jerusalén, el emperador Federico II Hohenstauffen (35) se ha recluido con su amante Margarita de Brienne, (20) en el castillo de Ricordante, situado en las afueras de San Juan de Acre. Federico, viudo desde la muerte de su esposa Yolanda de Jerusalén (+1228) en abril de año pasado, conoció a Margarita cuatro años atrás, cuando llegó a Palermo formando parte del séquito de la misma Yolanda, de quien era prima y amiga, poco antes de celebrar los esponsales. Casi inmediatamente, Federico II se encaprichó de Margarita hasta el punto de que se rumorea que pasó su noche de bodas con ella, en lugar de con Yolanda de Jerusalén.
Desde entonces, Federico II, que se casó con Yolanda para obtener el título de rey de Jerusalén (de la que Yolanda era titular por ser nieta de Conrado de Monferrato (+1192, asesinado por los hashashins), recluyó a su esposa en su harén de Palermo y mantuvo a Margarita de concubina. La relación duró hasta que Margarita quedó embarazada. Tras el nacimiento de la niña, a la que bautizaron Blancaflor, el emperador envío a Margarita y a la niña a San Juan de Acre, a donde llegaba dinero todos los años para que madre e hija estuvieran adecuadamente atendidas. El emperador también envió a San Juan de Acre al poeta Walther von der Vogelweide (54), persona de su máxima confianza, quien ha sido el responsable de la custodia de Margarita. Walther y Margarita han pasado mucho tiempo juntos, lo que ha levantado rumores diciendo que el poeta está perdidamente enamorado de la bella germana.
Federico II se reencontró con Margarita cuando llegó a San Juan de Acre al mando de esta polémica Sexta Cruzada, y convivirá con ella hasta el próximo mes de abril, cuando las tropas del papa Gregorio IX (59) y de su exsuegro Juan de Brienne (58, padre de Yolanda) invadan el reino de Sicilia, lo que precipitará el regreso del emperador.
FOTO SUPERIOR: FOTOGRAMA DEL DOCUMENTAL FREDERICK II CRUSADE