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Jaime I conquista Mallorca, y se dispone a heredar León y Navarra



 

MALLORCA, 31 DIC 1229. Jaime I de Aragón (22) ha conquistado hoy al asalto la ciudad de Mallorca tras un asedio de más de dos meses. Culmina así con gran éxito la primera empresa expansiva del monarca aragonés, una complicada operación que suponía la organización de una fuerza anfibia con más de cien embarcaciones y 15.000 efectivos que se enfrentarían a reveses metereológicos y a la defensa almohade del valí Abú Yahya, el último de los gobernantes nombrados desde Marrackech. La conquista ha disparado el prestigio de Jaime I, y ha despejado las dudas que pudiera tener Alfonso IX de León (58) para que el rey aragonés heredase León. Y no solo eso; Sancho VII de Navarra (75), ya anciano y sin descendencia, le ha ofrecido un prohijamiento mutuo, que en la práctica significa nombrarlo heredero de Navarra. Tras la entrada de las tropas catalano-aragonesas en la ciudad, toda la población que no ha conseguido huir (unas 20.000 personas) ha sido pasada a cuchillo, una acción totalmente absurda, incluso para los parámetros de la época, porque el valí Yahya se había ofrecido a abandonar la isla y entregarla a los cristianos sin lucha, una petición que, incomprensiblemente y contra la misma opinión de Jaime I, fue rechazada por su consejo.


Los preparativos comenzaron inmediatamente tras las cortes de Barcelona de 1228, donde se aprobó la financiación de la empresa. En principio solo participaban aragoneses y catalanes, pero la obtención de la bula de cruzada amplió la fuerza atacante con ciudades y señores de Francia e Italia, como Marsella, Narbona o Génova. La organización y planificación de la campaña ha corrido a cargo fundamentalmente de lo Orden del Temple, muy vinculada a Jaime I desde que los templarios se encargaron de su educación. Pere Martell ha sido nombrado comandante de la flota, mientras que Guillem de Montcada será el lugarteniente del rey para las operaciones en tierra.


Las operaciones militares dieron comienzo el 5 de septiembre, cuando la flota partió de los puertos de Cambrils, Salou y Tarragona. La travesía fue muy accidentada, y se dice que cuando estaban a punto de llegar al lugar de desembarco, un fuerte temporal hizo a Jaime I prometer que, si conseguían el éxito, construiría una catedral en Mallorca dedicada a Santa María. El 12 de septiembre las tropas llegaban al islote de Palau y acampaban en la isla Dragonera, frente a la costa de Andraxt.


Pero las tropas de Jaime I se encontraron con un ejército de 5.000 almohades esperándoles en tierra firme, con lo que ordenó buscar un nuevo lugar de desembarco. Tras estudiar la costa de Tramuntana, encontraron un lugar apropiado en la bahía de Santa Ponsa, a donde la flota se dirigió por la noche y en silencio. El ejército pudo desembarcar, pero habían sido descubiertos y se encontraron con partidas de almohades, aunque fueron derrotadas por la superioridad numérica cristiana. La batalla más importante de la campaña tuvo lugar en Porto Pi, una acción que estuvo precedida por un temeraria avanzadilla que le costó la vida a los Montcada. Pero el ejército cristiano era mucho más numeroso y el 12 de septiembre acabó derrotando a los almohades en batalla campal. El camino hasta la ciudad de Mallorca estaba abierto.


Y fue aquí, durante el sitio de la ciudad, cuando Abu Yahya ofreció a Jaime I entregarle la ciudad si permitía a los almohades abandonar la isla. Jaime I vio su objetivo cumplido, pues siempre había sido partidario de negociar antes que de luchar. Pero cometió un error: convocó a su consejo real. Allí encontró la oposición del obispo de Barcelona, Berenguer de Palau, y del clan de los Montcada, que querían vengar la muerte de los suyos. Ambos lograron convencer a los demás nobles de que, con ese acuerdo, se perdería gran parte del botín. El acuerdo fue rechazado.


Tal y como preveía el rey de Aragón, una vez que los almohades se vieron perdidos redoblaron sus esfuerzos de defensa y se dispusieron a resistir hasta el final. Ante esta situación, Jaime I decidió que no podía esperar más; el 31 de diciembre ordenó el asalto directo a la ciudad. De los 50.000 habitantes que tenía Madina Mayurca antes de la invasión, 30.000 consiguieron huir: los 20.000 que quedaron fueron pasados a cuchillos. Algunos testigos dicen que había tantos cadáveres en la ciudad que no se les pudo enterrar a todos, lo que desató una epidemia de peste en la ciudad que se cebó en los invasores cristianos.


Posteriormente también hubo problemas con el reparto del botín. En otro error de cálculo, Jaime I permitió que el botín se repartiese en almoneda, es decir, en subasta, lo que beneficiaba a los más ricos. Ello desencadenó una revuelta que acabó con el asalto a las casas de varios nobles. Para acabar con estas tensiones, Jaime I reagrupó al ejército y partió para reducir los núcleos de resistencia musulmana que se habían creado en las montañas, una campaña que finalizaría el 30 de octubre de 1230 tras la toma de la última fortaleza en manos almohades, el castillo del Rey.


La conquista de Mallorca ha sido un éxito espectacular de Jaime I. La victoria tuvo un eco internacional tan grande, o más, que el de la victoria hispánica en Las Navas de Tolosa, y tras ella su prestigio se disparó. Para empezar, el éxito despejó todas las dudas que pudiera tener Alfonso IX de León sobre el matrimonio de Jaime I con una de sus hijas y nombrarlo así heredero de León, pero es que también llamó la atención de Sancho VII de Navarra, un anciano sin descendencia que vio en El Conquistador al monarca ideal para sucederle en el trono, con lo que le hizo una propuesta de prohijamiento mutuo para que Jaime I también heredase Navarra. Con Valencia como claro próximo objetivo de Aragón, la anexión de León, con su reserva de conquista i



ncluyendo ni más ni menos Córdoba y Sevilla, más el reino de Navarra, convertiría a Jaime I en el monarca más poderoso de la península ibérica, si no de todo el sur de Europa.


Santa Ponsa celebra sus fiestas de Moros y Crisitianos a primeros de septiembre. En ellas se recrean el desembarco de las tropas aragonesas al mando de Jaime I y las batallas que tuvieron lugar entro su ejército y las huestes del valí Abu Yahya.


IMAGEN SUPERIOR: RECREACIÓN DE LA CONQUISTA DE MALLORCA

EN LAS FIESTAS DE MOROS Y CRISTIANOS DE SANTA PONSA


 

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